Atardecer
que huele a hierbabuena,
canela y anís
los pájaros se enredan
en las hojas cercanas
el verdor de la alfombra
acaricia el reflejo de las nubes
dibujando óleos
aterciopelados de paz
Camina la noche
despacio
mientras el sol de la Revilla
se despide soplando
suavecito
un aire puro de sus rayos
rayos que llegan
hasta el corazón
hasta el recuerdo
eterno de la vida...
Atardecer en la Revilla
inolvidable...
Natural, refrescante, positivo, todo huele a naturaleza y naturalidad. Son los momentos que soñamos respirar en paz de vez en cuando. Salud.
ResponderEliminarJulio maestro poeta mil gracias¡¡¡ por tus palabras, ganas de compartir poesía con vosotros¡¡¡
ResponderEliminarAbrazo poético