Nos quedan las sonrisas
que curan el silencio
el azul de la complicidad
recorriendo el horizonte
Perduran las palabras perennes
los abrazos de jugar a volar
juntas en las terrazas bajo el cielo
el desayuno de kéfir en el hogar
Ahora regresamos a lo de siempre
a los habituales cocidos
al trabajo de cada día, a lo seguro
al amor de lo íntimo en la ciudad
Volvemos sin quizá habernos ido
el alma quedó dormida a tu lado esperando el momento
de ver tu rostro... regresar
Acaba el domingo fiel y soleado
con la melodía del tren y los vaivenes
una canción en la mejilla y
una luz encendida... en el corazón.
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