Tarde de 14 de febrero
no sé que pensar ahora
ni que decir que no duela
bajar hasta la orilla de mis recuerdos
correr un tupido velo
de lo que me detiene
caminar con el corazón dispuesto
mirar al infinito de mis pupilas
que desprende el agua
que cae a la Ría de Bilbao
una vez más veo
una belleza que no puedo explicar
mientras lloro contigo
en mi mente
mar de olas eternas mar de luz...
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