Sospechaba la brisa del mar
que ahí estaban las palabras
las miradas que enlazamos
desde los labios
los tuyos... los míos...
Escucha ese horizonte
de abrazos recordados
una vez en el silencio de las olas
otra vez en el canto de la arena
acariciando los pies mojados
Acompañamos los pasos
arrimamos la barca de los atardeceres
caminamos desde la misma luz
el tiempo eterno o efímero
nos encuentra
sobre la dicha del alma
nos hace un eco de esperanza azul
como el mar
nos convierte al respeto malva
como los campos de azafrán
una ternura que solo
los ojos del corazón saben ver
estaba escrito
en las hojas de papel
en el pergamino del destino
una profecía de sonrisas
...de nuevo.
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