Entraste despacito con tu disfraz de sonrisa
aquella mañana de agosto de calor
el temor de mi pensamiento se vestía
con la sonrisa que solo quería regalarte
Nada podía cambiar el destino gris
mi corazón se llenaba de inquietud
sin saber
te quitabas la ropa de verano
tu regalo adornaba mi garganta
casi
no podía tragar las palabras.
Ahora este 8 de mayo se pierde
entre las gotas de mis sueños
y me pregunto
si pudiera ser distinto
si pudiera saber el porque
vuelvo la vista
sin sentir
tus dedos enlazados a mis manos
desde aquella tarde
de tu despedida
organizada por el cosmos
manipulados e indefensos por tus segundos
marionetas de tu mirada
clavados por tu dolor.
Hoy solo puedo decirte
que te quiero
y brindo contigo
allí donde estés... -->
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