Solo vigilaba la taza de leche
de la alacena
de los miles que sonreían
mientras la pequeñina
miraba sin entender.
Una muñeca de trapo
acompañaban sus ojos
la inocencia paseaba
con los pies descalzos
entre los cristales de la basura
la sangre regaba el camino
con las lágrimas de la desdicha
sin agua que brotase
de ningún lugar...
Caía la noche
el raso del cielo abrazaba mi almohada
solo pedía un trocito diminuto de pan
un ratito pequeño de abrazos
y algo de caramelo…
más tarde
chillidos detrás de la puerta que no cesan
los golpes en la alcoba de las mañanas
el humo del pánico de los recuerdos
las olas del miedo
que penetran
en las heridas de la niñez.
Despierto en mi cuerpo
indefenso del mundo
ingenuo, sutil, marcado
por el pensamiento de niña
ahora hecha mujer
y no deseo callar más tiempo
ni un minuto más este grito que me asfixia
solo pido una sociedad de paz
donde los lazos de las niñas jueguen
en los parques de todas las naciones
las tazas de flores y respeto reposen
en las bandejas de la total valoración
la ternura mire a todas las razas por igual
el agua riegue a todas las niñas de sonrisas
la compasión tiña la oscuridad
la luz de la esperanza
asegure el futuro
la libertad de sentido a la existencia
donde mujer signifique vida
donde niña signifique amor
desde el propio vientre
desde la misma madre
desde cada mujer que habita la tierra.
Solo vigilaba la taza de leche
de la alacena
de los miles que sonreían
mientras la pequeñina
miraba sin entender. (Mi poema al Grito de Mujer 2017)
Para las niñas del mundo.
"Solo vigilaba la taza de leche"
ResponderEliminardonde gota a gota sonaban el agua de mis ojos, los suspiros de mi alma, la que solitaria y presa se mudaba cada mañana, y se hacia fuerte y dolorida ante la barbarie que hoy domina a los seres inhumanos que dominan nuestras vidas y solo... y solo: para morir entre lamentos y agonía... Agonía, agonía, agonías.
Hermoso trabajo y sabiendo de donde viene... Un abrazo.
Gracias por compartirlo.
Antonio, te envío un abrazo enorme y gracias por tus palabras y tus versos siempre exquisitos.
ResponderEliminarLoren