La tarde cerraba los ojos para dormir
nos aguardaba protegidas por la suave lana del encuentro
mientras los últimos rayos del sol sellaban nuestras letras
perdiéndose en las salteadas nubes de nuestro cielo
de nuestro mar, ahora marisma cálida, serena
recogida por los pedruscos agotados del viento
que nos escuchaban sigilosos
Faltaba el oxígeno en las amapolas de mi alma y
como el agua que riega la hierba que se vuelve mojada
despidiendo ese aroma a frescura, a naturaleza, a vida
así nos llegan las palabras al centro de la eternidad
allí se mueven nuestros impulsos que salpican
cuando el misterio encandila nuestro mundo
ese, que el destino como un hada un día…
acarició desplegando un hechizo sobre las olas
los corales, los peces y el arenal
nos aguardaba protegidas por la suave lana del encuentro
mientras los últimos rayos del sol sellaban nuestras letras
perdiéndose en las salteadas nubes de nuestro cielo
de nuestro mar, ahora marisma cálida, serena
recogida por los pedruscos agotados del viento
que nos escuchaban sigilosos
Faltaba el oxígeno en las amapolas de mi alma y
como el agua que riega la hierba que se vuelve mojada
despidiendo ese aroma a frescura, a naturaleza, a vida
así nos llegan las palabras al centro de la eternidad
allí se mueven nuestros impulsos que salpican
cuando el misterio encandila nuestro mundo
ese, que el destino como un hada un día…
acarició desplegando un hechizo sobre las olas
los corales, los peces y el arenal
Con esta vista se puede parar el reloj. ub abrazo
ResponderEliminarOcaso del día y del alma.
ResponderEliminarOjalá broten pronto nuevas amapolas.
Besos.
Las palabras que llegan de la naturaleza no mienten nunca.
ResponderEliminarSaludos.
Me pierdo en la marisma y pude resistir hacer una foto de tan bella estampa, mientras las palabras volaban en mi mente.
ResponderEliminarTe envío un abrazo Chus, gracias por tu mensaje.
Torito, mi querido Toro gracias por volver de nuevo, sí... volverán nuevas amapolas apasionadas de nuevo y muy pronto seguro.
ResponderEliminarUn besazo
La naturaleza lleva inscrita la poesía en su contemplación y, además la meditación con la vista inmersa en ella hace brotar del corazón sentimientos puros, palabras nuevas, emociones...
ResponderEliminarGracias Antifaz por tus palabras, son un regalo
Es un placer pasar a leerte,
ResponderEliminarque tengas una feliz semana.
un abrazo.
Cuanto tiempo... amigo poeta y escritor me siento muy halagada y es un honor tu visita, gracias de corazón. Con todo mi afecto
ResponderEliminarQué bella escena, querida Loren, sobrecogedora, íntima, cómplice para ser vivida de a dos almas y a un solo amor.
ResponderEliminarLa atmósfera de paz y de misterio, ornan tus versos.
Un beso grande :)
cada vez que abro tu ventana me salpica el mar y el aire fresco me trae a la memoria los orígenes de la eternidad!
ResponderEliminargracias por regalarnos tus versos!
Liliana, mi dulce Liliana sí... la paz inunda mi vida allí y los versos flotan en el aire... todo mi cariño desde el mar
ResponderEliminarAdriana cielo¡ mi ventana está de par en par abierta a todos los corazones sensibles a la poesía, a la vida, a los sueños...
ResponderEliminarBesos inmensos
Me encandila la serenidad de la imagen de tu escena y tus palabras.
ResponderEliminarUn saludo Loren y... gracias
Amigo Mistral, universo del amor... es un orgullo tenerte aquí encandilándote con mis versos, mil gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Esos minutos en la marisma son oro fundido y compartido,amiga.Bello post,que nos impulsa a sentir y a disfrutar del mar.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo inmenso siempre,Loren.
M.Jesús
Gracias, mil gracias MJesús.
ResponderEliminarBesos grandes para ti