Allí a lo lejos quedan las tumbonas
los paseos con los pies mojados, dorados de arena
el calor de los primeros rayos de sol
la ilusión por masticar cada brizna de aire
de ese mar …
Mar eterno que reposa errante a nuestra vista
que capta los segundos de la vida
Atrás se marcharon las gotas salpicadas con risas
los gritos de los niños revoltosos
y felices…
Crema suave que calma la piel
caracolas que agrietan los dedos de la existencia
para volver a otro verano entre
quien sabe que brisa nueva o barquichuelo
azotando alguna tempestad
Realidad que despierta el descanso y
cada cual amaina como puede
defendiendo la muralla de sobrevivir
con amor, con indiferencia, con rencor, con tristeza o
quizá a veces con desdicha
Cada cual emerge a la superficie
rescatado por su flotador
el que le mantiene alerta
de los sueños y al calor de la ternura
… no podía sostenerse de otra manera
ni de otra forma…
Cambian los paisajes pero quedan los recuerdos y hoy nos has dejado con éstas bellas letras una panorámica brillante, que vi emergiendo a la superficie de mar y sueños!
ResponderEliminarAbrazos Loren.
Hola querida, gracias por visitarme, lo importante es sentir en el recuerdo, el tiempo bien aprovechado y haber vivido con intensidad.
ResponderEliminarBesotes
¡Qué hermosamente conmovedor, Loren! Es así, querida amiga, atrapar cada instante de nuestra dicha, del presente que disfrutamos y acaparamos con nuestros sentidos, nos hace sentir que la vida es el más bello don del ser humano.
ResponderEliminar"Recargar las pilas" ante la inmensidad del mar, nos da fuerzas para seguir adelante cuando los tiempos nos sean un poco más apremiantes, en otras palabras, "el flotador" de cada uno de nosotros, nos dará el impulso de seguir viviendo.
Un beso inmenso, Loren :)
Te extrañaba... gracias por tu cariño, escribir y todo lo que conlleva es uno de mis flotadores de la vida donde las personas que intervienen son el aire que lo mantiene a flote.
ResponderEliminarInfinitos besos
El poema es delicioso.
ResponderEliminarTe aplaudo.
Muy bueno.
Besos.
Toro, tus aplausos me sobrecogen, gracias por tus elogios literarios es un honor tenerte en mi blog
ResponderEliminarAbrazos
Paso a saludarte y a dejarte un beso grande, Loren. Es cierto que los tiempos no me son propicios para visitarte y visitar a otros amigos como yo quisiera, de modo que debo organizarme para poder abarcarlos a todos sin que nadie quede afuera. Gracias por tu comprensión, amorosa :)
ResponderEliminarSiempre estoy cerca, no lo dudes.
Soy donostiarra y esas mismas sensaciones, las he tenido este verano en La Concha...ahora estoy en Jaén y echo en falta esos días...un beso muy grande a esa Vizcaya que adoro (estudié mi carrera en Bilbao)...un beso de azpeitia
ResponderEliminarEl mar es calma, es descanso, es relax, es como una caricia al interior, y nos sirve para oxigenarnos, después, los que vivimos lejos del mar, los recuerdos permanecerán en nuestro recuerdo para todo un año y así nos renueva al recordarlo.
ResponderEliminarUn beso.
Encantada de tu visita en mi blog, gracias por tus palabras, también visitaré tu rincón.
ResponderEliminarSaludos desde el mar y desde este norte maravilloso.
María querida, hoy he vuelto a estar en mi mar, siempre me escapo cuando tengo libre, lo tengo cerca y he paseado de su mano. Mirarlo me engrandece el alma, me hace soñar, me hace escribir y recoge mis lágrimas.
ResponderEliminarBesos enormes