En la majestuosidad
de las sombras de la noche
una noche...de ensueño
de episodios inadvertidos o sutiles
una luna...
se reflejaba sobre el mar verde plata
dando luz a la ausencia pero...
en el último segundo del día
segundo del día que recibe al siguiente día
nuestras miradas se cruzaban
mientras el cielo nos contemplaba...
con su sonrisa
Con la magia del instante
Y el rumbo de las hadas
manipularon la sorpresa
con el hechizo
las palabras, el deseo
al sonido del murmullo de las olas...
olas que nos abrazan...
muy cerca
A las cero horas
sin saberlo, sin hablarlo, sin gritarlo
en el camino, en la vida, en la existencia
inhabitual, incondicional
libre...
entre dos mares y
en un punto del paraíso
culmina un segundo del destino.
Bello poema, muy hermoso y sutil, con una forma de decir, muy melodiosa.
ResponderEliminarUn grato placer leerte.
Besos.
¡Tantas cosas maravillosas pueden pasar en un segundo...! El destino siempre nos regala la sorpresa de su magia, para que una persona sensible como vos, pueda contarla con estos versos cálidos y amorosos.
ResponderEliminarPrecioso, Loren, para soñar.
Muchos besotes :)
Leernos y compartir el placer de las palabras es un regalo que no todo ser humano tiene la suerte de descubrir, es una privilegio, ¡¡ qué bien¡¡
ResponderEliminarMuxus
Un segundo mágico que a veces se nos escapa inadvertido sin darnos cuenta, saber verlo... ahí está la chispa de la vida.
ResponderEliminarBesos Liliana. Gracias
¡Qué bonito sentir las olas que abrazan! entre el deseo, y el instante, entre la magia de tus versos, al compás de una suave caricia para el alma.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias María. Sí, el mar me abraza con su sonido como el susurro de un enamorado.
ResponderEliminarOtro beso